A veces, por más que lo intentas no puede ver las cosas más claras. La razón y el intelecto parecen haber llegado a su límite y frente a ti se extiende un territorio en dónde lo único que se puede hacer es avanzar sin saber a dónde ni porqué. Es como si te adentraras en una selva profunda, un mundo totalmente desconocido y con reglas distintas a las que conoces de tu vida cotidiana. En la dimensión de la cual vienes y a la que estás habituado, casi la mayoría de las cosas que suceden responden a un motivo lógico y el mundo en general tiende a ordenarse según esos patrones racionales. No estás preparado para sucesos inesperados que aparecen de la nada. Todo eso puede dejarte consternado y en una posición incómoda ya que tu ego racional se siente atacado o desprovisto de la seguridad que un sistema ordenado y lineal le da. Sea como sea y aunque parezca que todo se derrumba, no deberías preocuparte: esto es como aprender a andar en bicicleta. Cuando le tomas el ritmo ya no lo olvidarás jamás y así mismo una capacidad escondida comenzará a florecer más allá de tu intelecto. Un voz interior que se mueve por otros motivos y por otras pulsaciones. Llámale intuición, sexto sentido, reactivación de la glándula pineal, apertura de conciencia cósmica o como desees. Lo cierto es que es una cualidad innata que siempre has tenido y que no había sido necesario usar en un mundo mecánico o programado, que es aquel del cual vienes. Pero aquí, en estos territorios nuevos, sí necesitas esos ojos de felino que pueden ver más allá de los 9 bastones de madera que se interponen en tu camino. Puedes ver más allá de las razones de la mente, para tocar un poco más los impulsos del corazón. Solo debes abrir esos enigmáticos y salvajes ojos que la vida te dio.
Carta: Nine of Wands.
Baraja: Ostara Tarot.
Diseñador: Julia Iredale.
Web de la baraja: http://ostaratarot.tumblr.com
Comparto aquí la canción que se utilizó para escribir esta canalización/reflexión. Esto, a propósito de aprender a mirar la realidad que sigue expandiéndose frente a nuestros propios ojos...
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