Una brillante ingeniera que arrastra el dolor por la muerte de su hija participa en una misión de la NASA que de repente se transforma en un caos que le lleva a quedar totalmente abandonada en medio del espacio. En ese instante, comienza la aventura por sobrevivir que le lleva a enfrentarse no solo a las dificultades técnicas para regresar a la Tierra sino también a sus propias taras psicológicas que le arrastran hacia la desazón y el abandono de sí misma.
Antes del caos y la destrucción de la misión, ella tiene un encuentro con un compañero que despertará en ella un eco de algo que activará un misterioso sentimiento que será la clave para el desarrollo de la trama.
Más allá de la excelente factura técnica y la capacidad de atraparnos en una tensión permanente, Gravity aborda entre líneas el tema de la evasión y la forma en que a veces el ser humano prefiere desconectar de todo antes de hacer frente a sus propios dolores y temores, incluyendo la muerte de un ser querido.
La historia se transforma en un recorrido psicológico no solo por la mente de la protagonista sino por la mente de todos aquellos que alguna vez han querido desaparecer del planeta al enfrentarse al peor dolor que les haya tocado experimentar. Exponiendo la metáfora del espacio como aquel vacío en dónde es sencillo perderse y alejarse de todo lo que pasa aquí en la Tierra. Esta dimensión que nos toca vivir y que contiene también aspectos dolorosos que muchas veces nos resistimos a sentir.
¿Qué mejor metáfora para describir la evasión si no es la imagen del astronauta que literalmente despega los pies del suelo y se pierde en un espacio insondable en dónde parecen no haber voces, sentimientos ni imágenes que recuerden su dolor?
Todos hemos sido un poco astronautas y hemos querido perdernos para siempre en la negación de la realidad. Hay otros, en cambio, que han aterrizado pese a toda la oscuridad y tristeza que puede haber en esta dimensión. Perseverando en su regreso, que no es más que el retorno a la vida con luces y sombras. A la compleja humanidad que solo podemos vivir aquí.
No es de extrañar que la película se llame Gravedad, cuando es precisamente esa fuerza la que nos mantiene con los pies en la tierra. Cuando es ella quién con su enorme influencia puede ayudarnos a regresar al centro de nuestro corazón y mente en aquellos momentos dónde el dolor se hace insoportable. Una historia épica e inolvidable que cualquiera podría experimentar.
Antes del caos y la destrucción de la misión, ella tiene un encuentro con un compañero que despertará en ella un eco de algo que activará un misterioso sentimiento que será la clave para el desarrollo de la trama.
Más allá de la excelente factura técnica y la capacidad de atraparnos en una tensión permanente, Gravity aborda entre líneas el tema de la evasión y la forma en que a veces el ser humano prefiere desconectar de todo antes de hacer frente a sus propios dolores y temores, incluyendo la muerte de un ser querido.
La historia se transforma en un recorrido psicológico no solo por la mente de la protagonista sino por la mente de todos aquellos que alguna vez han querido desaparecer del planeta al enfrentarse al peor dolor que les haya tocado experimentar. Exponiendo la metáfora del espacio como aquel vacío en dónde es sencillo perderse y alejarse de todo lo que pasa aquí en la Tierra. Esta dimensión que nos toca vivir y que contiene también aspectos dolorosos que muchas veces nos resistimos a sentir.
¿Qué mejor metáfora para describir la evasión si no es la imagen del astronauta que literalmente despega los pies del suelo y se pierde en un espacio insondable en dónde parecen no haber voces, sentimientos ni imágenes que recuerden su dolor?
Todos hemos sido un poco astronautas y hemos querido perdernos para siempre en la negación de la realidad. Hay otros, en cambio, que han aterrizado pese a toda la oscuridad y tristeza que puede haber en esta dimensión. Perseverando en su regreso, que no es más que el retorno a la vida con luces y sombras. A la compleja humanidad que solo podemos vivir aquí.
No es de extrañar que la película se llame Gravedad, cuando es precisamente esa fuerza la que nos mantiene con los pies en la tierra. Cuando es ella quién con su enorme influencia puede ayudarnos a regresar al centro de nuestro corazón y mente en aquellos momentos dónde el dolor se hace insoportable. Una historia épica e inolvidable que cualquiera podría experimentar.
0 Comentarios