Hace un tiempo recibí la noticia de que una colega española había sido plagiada. Le robaron textos completos de su página web y los copiaron en la página de otra tarotista. La copia era tan descarada, que la plagiadora ni siquiera cambió el orden de las palabras sino que mantuvo espacios, comas y tildes. Como si ella misma hubiese escrito todo. Y por ningún lado aparecía el crédito a la autora real. Si hubiera un premio al mejor copy paste del mundo de seguro se lo daban.
Apenas me enteré de la noticia solidaricé con la colega e hice un comentario en la publicación-denuncia que ella misma había puesto en un grupo de Facebook, en donde paradójicamente también estaba la plagiadora.
El resultado fue la expulsión de la plagiadora y la misteriosa desaparición de su página de FB, que de seguro ella misma eliminó al verse pillada. Sea como sea y porque el mundo es pequeño, me enteré que la plagiadora había escrito en otro grupo una declaración en donde reconocía su error, aunque no pedía disculpas directamente a la colega española.
La explicación y el reconocimiento me parecieron positivos, porque la plagiadora admitía la metida de pata. Aclaró que pese a creer en que el conocimiento es universal, era importante respetar la individualidad de las creaciones. Porque claro, las palabras son de todos pero si yo las organizo de determinada forma el discurso que construyen es mío y de nadie más. Eso marca la diferencia entre uno mismo y un montón de personas que tienen cada una su sello personal, algo que también trasciende al mundo del tarot en donde cada tarotista hace un esfuerzo por plasmar en su página web o en todo lo que hace esa característica única y especial.
En su momento sentí bastante rabia por la noticia del plagio de la colega, porque también he sido víctima de plagios que por suerte he pillado. Y quizá sea este el único caso en dónde veo que la culpable admite que cometió un gran error. También es cierto que no tenía muchas alternativas. Una persona con cierta reputación mediática, que ha hecho entrevistas en radio y televisión de su país no puede quedarse callada cuando la pillan. El silencio en su caso hubiera sido mortal y hubiera matado la poca credibilidad que tenía, no solo en latinoamérica sino en españa.
Ya sabemos que por las redes sociales al final todo se sabe. Y aunque el mundo parece inmenso, luego nos damos cuenta que la sociedad del tarot es pequeña y es muy fácil toparse con personas en muchos lugares comunes.
Sea como sea, para la plagiadora arrepentida esto ha sido una lección para aprender que debe trabajar su YO y construirse una personalidad, sin necesidad de robársela a otra persona. Algo fundamental para dedicarse a esto del tarot, en dónde a muchos se les olvida lo importante que es el sello del tarotista. Una marca única que forma parte integral de su trabajo, no solo con la interpretación de las cartas sino también con el contenido en redes sociales y otras plataformas digitales.
En una época en donde todo está interconectado, las mentiras tienen las patas aún más cortas, porque es más fácil darse cuenta quienes son los plagiadores y quienes los creativos de verdad. De alguna forma la expansión de internet y la tecnología ayudan a proteger la esencia del tarotista. Algo que nadie puede robar.
La imagen de portada corresponde a una ilustración de Agnus McBride, perteneciente al mundo tolkien y cuya imagen es usada con fines educativos en la siguiente WEB. Los créditos finales de imagen corresponden a Iron Crown.
LA DENUNCIA Y RECONOCIMIENTO DEL ERROR
Apenas me enteré de la noticia solidaricé con la colega e hice un comentario en la publicación-denuncia que ella misma había puesto en un grupo de Facebook, en donde paradójicamente también estaba la plagiadora.
El resultado fue la expulsión de la plagiadora y la misteriosa desaparición de su página de FB, que de seguro ella misma eliminó al verse pillada. Sea como sea y porque el mundo es pequeño, me enteré que la plagiadora había escrito en otro grupo una declaración en donde reconocía su error, aunque no pedía disculpas directamente a la colega española.
La explicación y el reconocimiento me parecieron positivos, porque la plagiadora admitía la metida de pata. Aclaró que pese a creer en que el conocimiento es universal, era importante respetar la individualidad de las creaciones. Porque claro, las palabras son de todos pero si yo las organizo de determinada forma el discurso que construyen es mío y de nadie más. Eso marca la diferencia entre uno mismo y un montón de personas que tienen cada una su sello personal, algo que también trasciende al mundo del tarot en donde cada tarotista hace un esfuerzo por plasmar en su página web o en todo lo que hace esa característica única y especial.
LA PLAGIADORA CON REPUTACIÓN MEDIÁTICA
En su momento sentí bastante rabia por la noticia del plagio de la colega, porque también he sido víctima de plagios que por suerte he pillado. Y quizá sea este el único caso en dónde veo que la culpable admite que cometió un gran error. También es cierto que no tenía muchas alternativas. Una persona con cierta reputación mediática, que ha hecho entrevistas en radio y televisión de su país no puede quedarse callada cuando la pillan. El silencio en su caso hubiera sido mortal y hubiera matado la poca credibilidad que tenía, no solo en latinoamérica sino en españa.
Ya sabemos que por las redes sociales al final todo se sabe. Y aunque el mundo parece inmenso, luego nos damos cuenta que la sociedad del tarot es pequeña y es muy fácil toparse con personas en muchos lugares comunes.
Sea como sea, para la plagiadora arrepentida esto ha sido una lección para aprender que debe trabajar su YO y construirse una personalidad, sin necesidad de robársela a otra persona. Algo fundamental para dedicarse a esto del tarot, en dónde a muchos se les olvida lo importante que es el sello del tarotista. Una marca única que forma parte integral de su trabajo, no solo con la interpretación de las cartas sino también con el contenido en redes sociales y otras plataformas digitales.
En una época en donde todo está interconectado, las mentiras tienen las patas aún más cortas, porque es más fácil darse cuenta quienes son los plagiadores y quienes los creativos de verdad. De alguna forma la expansión de internet y la tecnología ayudan a proteger la esencia del tarotista. Algo que nadie puede robar.
NOTA
La imagen de portada corresponde a una ilustración de Agnus McBride, perteneciente al mundo tolkien y cuya imagen es usada con fines educativos en la siguiente WEB. Los créditos finales de imagen corresponden a Iron Crown.
1 Comentarios
De acuerdo. Yo leí la declaración y Reconocimiento de la plagiadora. Pero sabes qué? En su mensaje se huele cálculo. Y son evidentes su "desentendimiento" de fondo del error. Y al leer se aprecia claramente que se justifica, que se pone al frente para no perder, y que arguye espuriamente.
ResponderEliminarSe nota que sólo sale a defenderse por la necesidad. Cualquiera que lea se daría cuenta que son varias cosas las que "se notan".
Yo a su disculpa le doy un 30 % de verdad (es sólo mi mirada). Incluso a veces infantil, al.pj to de escribir " yo he estudiado cn los mejores tarólogos del mundo " (que es una mala justificación y que sigue demostrando su "arrimo a buen árbol" para valorar si trabajo.)
Lo cierto, es que, sus lecturas son pobres, tópicos, lugares comunes. Es lo mismo leer un libro que contar con su lectura.
Es cosa de apreciar sus textos.
Responde a esta triste camada de "tarólogos" sedicentes, que al final del día, lo prometen todo pero nunca demuestran nada.
Jamás serían capaces, por ejemplo, de exponer una lectura real, clara, sobria y concreta, como las que aquí se públican.
Y creo que son precisamente estos especímenes, los que desprestigian el Tarot y no los que practican una cartomancia y adivinación rotunda, y sin embargo tildada de "inconsciente".
Saludos.